Ahora más que nunca se destaca la importancia de vivir en un entorno que sea saludable y, por ende, higiénico. Eso se traslada a aquellas estancias de la casa donde es más probable que puedan proliferar todo tipo de gérmenes y bacterias. En este sentido ganan fuerza el empleo de superficies con materiales antibacterianos para baños y cocinas.
Contribuir a luchar contra la contaminación atmosférica preservando en el tiempo la estética de las fachadas externas a costes reducidos se han convertido en objetivos fáciles de conseguir gracias a los tratamientos bioactivos de Laminam.
Los baños y la cocina son las estancias de la casa que más actividad (y suciedad) acumulan día a día. Solo tenemos que pensar en encimeras que están en contacto con alimentos crudos (relacionados con la conocida contaminación cruzada por las bacterias) o el aseo donde ese extra de humedad al cabo del día ayuda a la proliferación de todo tipo de gérmenes perjudiciales.
Es en este momento cuando entran en acción superficies (aptas para encimeras, suelos, paredes, revestimientos…) que terminen con ambientes cargados de bacterias y moho, además de los malos olores que puedan añadirse a la multiplicación de la contaminación atmosférica.
Unos recubrimientos anti bacterias para baños y cocinas que han sido presentados desde hace varias temporadas por las empresas más punteras del sector para conseguir que vivamos en un hogar prácticamente aséptico. Es el caso de Laminam, empresa que apuesta por la innovación constante, incluso en los tiempos actuales que corren, para apostar por viviendas donde la desinfección y la higiene sean máximas a tener en cuenta. Una versatilidad en el campo de la tecnología sin olvidar la parte estética para dar vida a hogares con elementos eficientes, sostenibles y de diseño.
Acabados donde se dan la mano tecnología y sello ecológico y cuyos materiales se someten a rigurosos tratamientos bioactivos que consiguen no solo destacar en cuanto a sus propiedades higiénicas y desinfectantes, sino que facilitan la limpieza de unas superficies que se usan a diario en una vivienda.
Esto último no resulta casual si tenemos en cuenta que, de esta manera, se logrará conseguir un efecto antibacteriano de manera permanente gracias a la capacidad innata de desinfección que tienen estos revestimientos repartidos por toda la casa; desde fachadas, pasando por encimeras, paredes internas o suelos donde proliferen dichos agentes infecciosos y perjudiciales.
Para conseguir esos resultados higiénicos y saludables en estas estancias de la casa es importante contar con las superficies adecuadas. En este caso, superficies que han sido tratadas con un proceso de sinterización que se encarga de someter las materias primas de su composición a elevadas temperaturas, por encima de los 1200 º C. Un tratamiento que se hace siguiendo un protocolo de seguridad y calidad que permite que se obtengan resultados como este: se reduce en un 93% la presencia de microorganismos tóxicos.
Por si fuera poco, además, se añaden una serie de tratamientos bioactivos que resultan seguros tanto para los seres humanos como para las mascotas de la vivienda. Una tecnología innovadora por medio de un proceso de fotocatálisis natural desencadenada por los rayos UV de la luz solar y que permiten no solo eliminar la práctica totalidad de las bacterias nocivas sino acabar con sustancias contaminantes presentes en el aire; al tiempo que se facilita la limpieza de todas esas superficies.
Dicho de otro modo y como se ha mencionado ya en líneas anteriores, el bióxido de titanio presente en estos materiales consigue fijarse en las placas y activa dicho proceso antes explicado que es el que pone en marcha la acción bactericida simplemente con la exposición luz ya sea natural o incluso artificial. Gracias a ello, se consiguen resultados excepcionales sin traicionar la identidad ecológica a 360° de Laminam (y de sus clientes) porque se consiguen aprovechando solo principios activos naturales cuya acción ha sido experimentada y certificada en el tiempo.