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CNI propone al Ministerio de Industria la revisión de los sistemas de ventilación de todos los edificios anteriores al 2006

21 abril, 2021
redacción
CNI propone al Ministerio de Industria la revisión de los sistemas de ventilación de todos los edificios anteriores al 2006

En el marco de los fondos de recuperación europeos Next Gebneration EU, CNI (la Confederación Nacional de Instaladores) ha enviado un informe técnico al Secretario General de Industria y Pyme del Ministerio, explicando cómo desde hace 23 años se vienen incumpliendo reiteradamente las normas referentes a ventilación y proponiendo unas medidas. “Ahora con el COVID-19 es imprescindible comprobar la ventilación del edificio y diseñarla e instalarla si carece de ella, ya ha quedado suficientemente probado cómo afecta la falta de ventilación a la salud de las personas en un edificio, ahora hay que informar a los usuarios correctamente para que tomen las decisiones adecuadas para proteger su salud”, afirma Blanca Gómez Directora de CNI.

24 años de normas incumplidas

Ya hace 24 años en el año 1997 el RD 486/1997, exigía una renovación mínima de 30 m³ de aire limpio por hora y trabajador. Se olvidaron de los edificios domésticos, pero fue un comienzo. En 1998 el RITE con el RD 1751/1998 nos facilitó cifras concretas de caudales de aire remitiéndose en locales ocupados a la norma UNE 100011. Seguimos avanzando y en 2006, el Código Técnico de la Edificación (CTE), ya regula la calidad del aire interior en edificios de viviendas, trasteros y garajes. Y llegamos al año 2007 con el RITE que habla ya de un caudal mínimo del aire exterior de ventilación en función del uso del edificio y los cinco métodos para su cálculo. Las aulas de enseñanza, por ejemplo, deberían tener un aire de buena calidad IDA 2, con 45 m³/h y persona (o su equivalente 12,5 l/s).

Recientemente el Gobierno en su “Guía sobre recomendaciones de operación y mantenimiento de sistemas de climatización y ventilación para la prevención de la propagación del COVID-19”, recomienda como la acción más importante, una correcta ventilación con una renovación de aire por ocupante de 12,5 l/segundo equivalente a una IDA 2: aire de buena calidad. El Gobierno también indica que este tipo de medida solo será posible si se disponen de unidades de tratamiento específicas de aire exterior.

Los instaladores gozan de una posición privilegiada puesto que son el contacto final con el usuario y ven lo que hay en las instalaciones, “La mayoría de edificios de afluencia pública simplemente no cumplen la normativa de ventilación, o cumpliéndola no mantienen adecuadamente los equipos o no los utilizan para ahorrar energía, la casuística es enorme”, afirma Javier Ponce, miembro del Comité Técnico de CNI

Informar y concienciar al usuario

CNI lamenta que imperen motivos económicos ante la salud. Por eso aboga por una correcta información al usuario final sobre sus obligaciones como propietario del edificio y los sistemas o equipos que con total garantía le ayudarán a cumplir la ley y a mejorar la calidad de aire interior protegiendo así su salud. Sólo la renovación permanente de aire ventilación con admisión de aire del exterior, es una garantía de salubridad interior. Los filtros de las UTAs protegen de los contaminantes del exterior (polen, partículas finas, gases) pero al no recircular el aire de dentro no filtran el COVID. Hacer una inversión en ventilación es mucho más lógico que pagar miles de euros en sistemas de filtración, que parece ser la solución hoy en día ya que no exige obra y es sencillo de colocar.

Tenemos que transformar nuestros edificios para que ayuden a que nuestra salud sea óptima y no enfermemos. Para ello basta con acciones simples y efectivas que CNI ha propuesto al Ministerio:

  • Revisión de los sistemas de ventilación de TODOS los edificios anteriores al 2006 dando prioridad a edificios de gran afluencia pública (colegios, cines, teatros, oficinas, comercios).
  • Implantación siempre que sea posible, de un sistema de ventilación mecánica de doble flujo con recuperación de calor que garantice unos adecuados niveles de ventilación sin pérdidas energéticas y permitan la instalación de filtros que reduzcan la presencia de compuestos nocivos en el aire y un mayor control sobre la humedad relativa interior que debe hallarse entre 40 y 60% y sobre los niveles de concentración de CO2 que no deben sobrepasar las 1000 ppm.

Disponemos de estudios de entidades reconocidas y de prestigio que prueban claramente que:

  • Cada alumno pasa 5 de cada 6 horas con mala calidad de aire.
  • La exposición a partículas PM2,5 reduce la esperanza de vida en 8,6 meses.
  • El Sas coronavirus se desactivó en todos los casos independientemente de las diferentes temperaturas, con humedades relativas del ambiente óptimas entre 40-60%
  • la mala calidad del aire afecta a la salud de las personas, considerándose poco saludable por encima de 1000 ppm de concentración de CO2, nociva a partir de 2500 ppm y grave a partir de 5000 ppm. En un salón con seis personas y ventanas cerradas, se superan las 1000 ppm en menos de una hora.

“Tenemos que diseñar, instalar y mantener edificios para ayudar a la salud de sus ocupantes, pero nunca para empeorarla, y es nuestra responsabilidad como profesionales instaladores hacer todo lo que esté en nuestra mano para conseguirlo” finaliza Blanca Gómez.

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