En España hay más de 1.000.000 de personas sordas que precisan de adaptación en sus viviendas. El Estado pone a su disposición varias subvenciones específicas destinadas a cubrir estas necesidades.
El 20 de abril de 2007 se promulgó el Real Decreto 505/2007 en el que quedaron aprobadas las condiciones básicas de accesibilidad y no discriminación de personas con discapacidad en espacios públicos urbanizados y edificaciones. A pesar del recorrido trazado, todavía hoy existe desconocimiento en torno a qué necesidades presentan estas edificaciones, así como qué materiales específicos se deben emplear en la construcción para el uso de una vivienda adaptada a personas sordas. En este sentido, el diseño y la accesibilidad deben constituir el punto de partida clave para desarrollar el nuevo proyecto.
¿Por dónde empezar?
Partimos de la base de que debemos construir conforme a necesidades y no simplemente en torno a gustos decorativos, por ello, será primordial atender a la accesibilidad. Se recomienda, por tanto, iniciar un boceto de proyecto, previo diálogo con los especialistas en la materia. Hay que recordar que la Ley de accesibilidad para personas con discapacidad en lugares públicos o edificaciones está vigente desde hace apenas trece años, por lo que será común encontrarse con edificios antiguos que requieran de un estudio preliminar algo más pormenorizado de lo habitual.
No obstante, partimos de una ventaja con respecto a hace décadas, y es que, hoy en día se construye y reforma según la normativa vigente en materia de ‘confort acústico’. Para ello, será primordial el empleo de materiales adecuados, así como el uso de las dimensiones idóneas, siempre teniendo como referencia las particularidades del edificio.
Es de vital importancia que, antes de comenzar con el diseño de cualquier proyecto de construcción de un espacio, se consulte a profesionales especializados en materia de accesibilidad, de modo que todos estos parámetros puedan ser incluidos en el proyecto y puedan ser llevados a cabo y supervisados antes, durante y después de la ejecución.
El salto de una vivienda común a un hogar ‘de verdad’ pasa por un proyecto o reforma llevada a cabo por profesionales que sepan adecuarse a los intereses de los nuevos inquilinos. En el caso de las personas con discapacidad auditiva, el objetivo es lograr que su vivienda les permita habitar sin dificultades, minimizando las barreras acústicas y optimizando los recursos que tenemos a nuestro alcance para desarrollar nuestro día a día de forma confortable y sin obstáculos.
Espacios bien aislados y optimización de la luz
Antes de llevar a cabo la reforma, se procederá a un estudio cualitativo de los espacios de la vivienda. Además, se prestará atención al estado actual de su aislamiento (si carece de él, se procederá a incorporarlo, según las recomendaciones del especialista en construcción). De especial importancia también será la elección de los electrodomésticos, idóneamente silenciosos. Las ventanas, por su parte, deberán estar convenientemente selladas y aisladas, ya que un porcentaje alto del ruido que interfiere en la capacidad auditiva proviene de agentes externos (obras, coches, gente al pasar, zonas comunes en urbanizaciones…). Pero, para que la recepción del mensaje sea satisfactoria, existe otro factor que interviene en nuestro confort: la luz. En el caso de las personas sordas, la necesidad de leer la expresión facial y los signos que acompañan al lenguaje verbal serán definitivos para su correcta comunicación.
Un espacio luminoso, a ser posible bañado de luz natural, constituye un factor vital para el confort del inquilino o huésped. Si el edificio es exterior y ofrece ventajas en este aspecto, se procederá a adaptarlas no solo por accesibilidad, sino por responsabilidad y sostenibilidad. Si, por el contrario, nuestra vivienda carece de esta virtud, emplearemos los materiales necesarios (atendiendo a usabilidad, color, textura) para que los espacios donde se requiera de luz artificial estén convenientemente equipados.
Pero ¿qué ocurre con el diseño y los materiales de construcción en este tipo de viviendas? El punto de partida ha de ser ‘evitar que las zonas de descanso compartan pared con las zonas donde suele haber más ruido’. En un ejemplo concreto: si la pared del cuarto de baño o del salón, comunica con la habitación donde la persona con discapacidad auditiva emplea como espacio de descanso, ello supondrá un hándicap. En cambio, deberemos estudiar a conciencia cuáles son las áreas de la casa potencialmente tranquilas y silenciosas. Una vez localizadas, procederemos a su optimización. El diseño y la construcción ‘vendrán solos’ tras haber identificado estas bases. Llegado el momento de escoger los materiales constructivos, podrás aconsejar a tu cliente en torno a cuáles son los más idóneos para suplir sus necesidades, siendo los porosos los más adecuados, y, por supuesto, cuáles puede elegir en función de sus gustos e intereses concretos.
Instalación eléctrica y subvenciones
La instalación eléctrica es otro aspecto clave dentro de una reforma, especialmente si se trata de un proyecto de características tan concretas. Por este motivo, sustituiremos aquellos estímulos sonoros que entorpezcan la comunicación fluida. Algunos de los más habituales son, el ‘portero automático’, el timbre o los efectos sonoros innecesarios de los electrodomésticos (especialmente los de última generación, que suelen traer incorporados este tipo de alarmas) En su lugar, emplearemos ‘ayudas técnicas’, como amplificadores de volumen, vídeo portero automático, bucles magnéticos o equipos de frecuencia modulada de bajo impacto.
Como decíamos antes, la adaptabilidad específica de una vivienda desde su construcción o reforma es una circunstancia que no todo el mundo conoce. Por ello, será de vital importancia la orientación e información por parte del constructor, especialista en accesibilidad o arquitecto. Igualmente, es crucial que informe y oriente a sus clientes sobre la alternativa que el Estado pone a su alcance en materia de subvenciones. Existen ayudas económicas destinadas a cubrir las necesidades de las personas con discapacidad, incluidas, por supuesto, las personas sordas. Haciendo uso de estos consejos y gracias a la profesionalidad y confianza que otorgan sus servicios, es muy probable que sus futuros clientes queden satisfechos al haber apostado por su orientación.