Cuando presentes un presupuesto a un posible futuro cliente, uno de los elementos clave es qué precio acabas ofreciendo por tu trabajo. Un precio excesivamente alto echaría para atrás a buen número de potenciales clientes pero, del mismo modo, un precio demasiado bajo repercutiría negativamente en el margen de beneficios y también podría hacer recelar a los consumidores, ya que lo barato suele ser sinónimo de mala calidad.
Ten en cuenta los siguientes consejos:
1. Estudia el mercado. Comprueba los precios que están siendo ofrecidos en el mercado para otros trabajos similares a los tuyos, compáralos y hazte una idea de la horquilla de precios dentro de la que debes moverte.
2. Analiza costes y beneficios. Suma los costes totales, tanto los directos como los indirectos, estima las ventas que puedes llegar a realizar y fija un precio que te permita obtener el margen de beneficio planeado.
3. Utiliza precios psicológicos. En ocasiones resulta un buen reclamo para el cliente fijar un precio por debajo de cierta cantidad, pero que esté, sin embargo, rozándola, así crearás en el cliente el efecto psicológico de un precio menor.
4. Haz promociones. Si estás empezando es posible que necesites llevar a cabo ofertas o promociones que atraigan a los consumidores y que te obligarán a ajustar el precio de tu presupuesto.
En conclusión, fijar un precio óptimo es clave para hacer más atractivo el presupuesto, conseguir cerrar más trabajos y maximizar beneficios.