La pandemia mundial no solo ha dejado (y deja) consecuencias a nivel de salud. La economía se ha visto fuertemente golpeada por la expansión de la Covid 19 arrastrando a pérdidas millonarias a muchas empresas. Sin llegar a esos extremos, no son pocos los sectores que han visto mermados sus beneficios durante el pasado 2020.
Es el caso del que atañe a las empresas cementeras ya que el consumo de cemento de redujo en casi un 10% (un 9,7% para ser exactos) durante al 2020. Un dato negativo que, sin embargo, contrasta con un futuro algo más estable el que se adivina para el presente 2021. Y es que, como confirman desde la patronal del sector, los datos de consumo de estas escasas semanas del nuevo año son casi idénticos a los que se obtuvieron en España a finales de la década de los 60, pero superando las vividas en otras graves crisis económicas como fueron las de los años 2013 y 2017.
El consumo de cemento es un índice habitualmente usado para conocer la tendencia de actividad del sector de la construcción al completo: edificación (obra nueva, rehabilitación) y obra civil. Y a pesar del incremento del casi el 11% en las intervenciones de reforma de viviendas recogido en el Informe Anual sobre la reforma de habitissimo experimentado en 2020, se ha producido una caída de un 9,7% durante el pasado año que se concretan en una cifra absoluta de 13.287.557 toneladas de cemento vendidas. O lo que es lo mismo, 1.431.387 menos en relación a las ventas registradas durante el 2019. Y es que, si el año pasado no comenzó con notas muy positivas, la puntilla vino con el retroceso importante vivido durante los meses de marzo, abril y mayo; los más duros del confinamiento. En total, en todo ese tiempo se perdió más de un millón de toneladas tomando como referencia el 2019.
Además, la actividad exportadora de cemento fuera de nuestras fronteras también se vio resentida. Como consecuencia, España ha perdido liderazgo en el ámbito europeo situándonos por detrás de Alemania. A esto se suma un escollo más: la incertidumbre que supone el Brexit para un sector que envía el 20% de sus ventas al exterior hacia el Reino Unido.
Intentando olvidar ya ese mal trago pasado, los buenos datos cosechados durante el mes de diciembre animan al sector a guardar algo de esperanza y estabilidad, pero tampoco sin una alegría desbordante, para este recién estrenado 2021. Así pues, y según las estimaciones que manejan desde la agrupación de fabricantes de cemento de España, este año el consumo de cemento se cerrará en una horquilla de entre un –3 y un +3 %.
Un baremo en el que confían en que no caiga la inversión en obra pública y que se mantenga esta en los 11.300 millones del escenario del 2020. Sin embargo, el aumento del déficit y la deuda pública, así como el hecho de que los recursos proceden de la UE, que puedan destinarse a la inversión pública, hacen que no empiece a apreciarse de forma significativa esta tendencia hasta el año 2022.
Ante esta realidad, desde la patronal reclaman de forma urgente y necesaria un plan de medidas para la recuperación del sector. Una bomba de oxígeno para un ámbito, como es el de la construcción en nuestro país, que aglutina a 400.000 empresas y 1.300.000 puestos de trabajo.
Una recuperación en la que consideran como puntos claves el apostar por los planes de edificación residencial, la rehabilitación de viviendas sostenibles, así como el impulso de la eficiencia en el transporte de mercancías y en la cadena logística. Además, han pedido al ejecutivo nacional apoyo para llevar a cabo un plan de vivienda social para alquileres y programas para facilitar el acceso de los jóvenes a la primera vivienda a través de avales del Estado.