Apple convence, y mucho. No son pocas las empresas y negocios pequeños que apuestan por productos Apple para su gestión. Es cierto que son unos equipos realmente buenos. No obstante, no es oro todo lo que reluce. En determinados casos, usar Mac en vez de Windows puede ser contraproducente para tu negocio. Definitivamente Apple no es para todos los negocios.
Muchas veces, estos equipos son usados únicamente para programas de contabilidad. Para hacer nóminas y rentas. Un uso básico, por así decirlo; y es que, además, la mayoría de los casos, estas oficinas están conectadas a un servidor donde se almacenan todos estos datos. En estos casos, quizá no sea rentable apostar por un equipo Apple, que por norma general siempre nos va a tocar más el bolsillo. Si las funciones que tu equipo tiene que hacer diariamente son pocas, mejor tirar para otro lado.
Otra cosa importante a tener en cuenta es el tipo de programa que usas. Si las aplicaciones que vas a utilizar en tu ordenador sólo funcionan con Windows, el sentido común nos dice que mejor dejar fuera un Mac. Ojo, que es verdad que hay opciones, como utilizar la virtualización o instalar Windows en un Mac para que arranque con un sistema u otro. No obstante, ninguna d estas opciones son óptimas para trabajar. Además, si usas virtualizaciones o un sistema de arranque dual, vas a tener que adquirir, además, una licencia de Windows. No sólo eso, también las licencias del resto de programas que uses. Más gasto innecesario para tu negocio.
La cosa cambia si quieres o necesitas usar programas de diseño, de edición de imagen e incluso de video. La mayoría de las veces, este tipo de programas rinde mucho mejor en Mac que en Windows. Si además trabajas principalmente desde la nube, puedes usar indistintamente un sistema operativo u otro, incluso Linus.
Mac es más complicado que Windows. Esto es importante saberlo. Podría pasar que la persona que usa el equipo en tu negocio no tenga un perfil de conocimientos avanzados en informática. En estos casos es mucho mejor apostar por un equipo con un sistema operativo Windows. Mucho más intuitivos y fáciles de usar.
No obstante, aquí también hay matices. Si pensamos en la seguridad de nuestros archivos, y por ende de la de nuestros clientes, quizá sea mejor apostar por Mac. Si el nivel informático de la persona es más bien normal (lo justo para controlar ciertos programas), es muy factible que no invierta tiempo en pasar un antivirus a todos los archivos que maneja. Sabemos que Windows es mucho más vulnerable a esto de los virus, pues la mayoría está programada para afectar a este sistema operativo. Mac no es infalible, pero resiste mucho mejor a estos ataques, o, mejor dicho, es menos vulnerable.
Ya de por sí un equipo Mac es caro. Las cosas como son. Pero, además, entre las principales desventajas que debes tener en cuenta, habría que añadir que el remplazo de sus componentes también es bastante caro. Si tu equipo no está en garantía, tienes un problema. El hardware es caro de cambiar y también difícil. Necesitas buscar siempre personas especializadas en ello (vamos, su servicio técnico casi siempre). Además, al contrario que en Windows, es un equipo que no permite cambios de hardware, por lo que al comprarlo tenemos que tener claro que es un equipo que no vamos a poder mejorar con el paso del tiempo, y que, finalmente, podría quedar obsoleto.
