En ocasiones, los profesionales se encuentran con algunas dudas a la hora de enfrentarse a la instalación para el buen funcionamiento de un sistema VMC (Ventilación Mecánica Controlada). Es el momento en el que surgen preguntas frecuentes que se pueden responder siguiendo estos sencillos tips y consejos.
Pero, antes de proceder a estas recomendaciones, es bueno que el instalador profesional se familiarice primero con los elementos que forman parte de este sistema encargado de la renovación del aire interior. Los principales componentes de un sistema de ventilación doble flujo son la central de ventilación, los conductos por donde va ese aire, las bocas de extracción situadas en cocinas y baños, así como las rejillas de impulsión colocadas en las estancias secas de la casa (como, por ejemplo, habitaciones). Principalmente, existen tres opciones de instalación:
El sistema VMC doble flujo cuarto por cuarto es la solución más rápida de instalar, ya que solo es necesaria una perforación de la pared exterior en cada estancia en la que se vaya a colocar. Por lo tanto, es una solución muy adecuada para las reformas.
Aparte del factor tiempo, en la elección de uno u otro sistema dependerán tanto las necesidades de ese espacio como el presupuesto con el que cuente el propietario de dicha vivienda. Así, en líneas generales y tomando un ejemplo, el coste de la ventilación doble flujo individual centralizada suele rondar los 4.500 euros sin IVA, mientras que la de cuarto por cuarto se reduce hasta algo menos de 3.000 euros. Cifras en las que no se incluye la creación de un falso techo si fuese necesario.
Ahora es el momento de llevar a cabo de manera periódica la revisión y mantenimiento de este sistema de ventilación para que funcione correctamente y se alargue su vida útil. Así, dependiendo de cada elemento, la periodicidad en estas tareas será mayor o menor. Es el caso de las bocas de extracción de aire, estas deben limpiarse con agua jabonosa cada 6 meses, mientras que las bocas de expulsión de aire deben liberase de polvo cada tres meses.
Lo que no es tan frecuente es retirar el polvo de los rodetes del ventilador, algo que puede hacer el propio inquilino de una vivienda particular al cabo de un año. Eso sí, cuando se trata de viviendas colectivas, es aconsejable que un profesional realice un control, ajuste global y limpieza de la instalación cada 3 años.
¿Y los filtros? Su mantenimiento debe hacerse cada dos meses y cambiarlos por completo después de 12 meses de uso.
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