Llevamos semanas viendo como la tendencia hacia las restauraciones y renovaciones en el ámbito de la edificación están al alza. Ayudas del gobierno y planes que intentan modernizar y habilitar los inmuebles españoles en una dirección clara, la eficiencia energética, hace que el sector sea optimista. No obstante, hay algunos problemas que siguen preocupando, por ejemplo, la falta de personal cualificado; y es que en el sector de las instalaciones y la energía hace falta mano de obra, y no poca. En 2020, el 46% de las empresas buscaron incorporar nuevos profesionales instaladores. Sólo un 8% lo consiguió en el primer mes de inicio de su búsqueda. El 87% de las empresas y autónomos aseguran que el proceso de contratación fue bastante complicado.
Estas conclusiones están extraídas del estudio “Nuevos profesionales instaladores. Las diversas caras de renovar el capital humano. 2020-2021”. Un estudio que se ha elaborado conjuntamente por cinco de las asociaciones de instaladores más importantes de España (Agremia, Asemiet, El Gremi d´Instal.ladors de Barcelona, Epyme e Instagi) en colaboración con Telematel.
El objetivo de este estudio era retratar la situación actual del sector de los instaladores. Para ello han incluido la opinión de 446 jóvenes en formación y 342 profesionales con gran experiencia en el sector.
En el estudio se ha observado y se ha tenido en cuenta la opinión de los estudiantes y profesionales. Se han fijado en sus mo tivaciones así como las fuentes de información para decidirse.
Lo que queda claro es que la profesión de instaladores cualificados es una profesión con futuro. Tiene buena salida profesional, aunque es cierto que es una profesión que se conoce poco. Es más, sólo 4 de cada 10 estudiantes aseguran conocer bien la profesión, siendo alumnos en formación profesional en instalaciones eléctricas y automáticas, térmicas, energías renovables y telecomunicaciones, entre otras. Una prueba importante de esto es que un 17% de estos estudiantes decidieron tomar esta vía por la recomendación de un familiar o conocido, no por un conocimiento previo del sector.
Estos datos cambian un poco si nos fijamos en la parte de los instaladores. Una mayoría aplastante del 82% reconoce que es un trabajo exigente y mal remunerado. No obstante, la otra cara de la moneda es el 70% de profesionales que siguen asegurando que se trata de una profesión con grandes salidas profesionales.
Este estudio ha servido para poner las cosas sobre la mesa y centrarse en los desafíos importantes de cara al futuro. El gran desafío es asegurar un relevo generacional y, al mismo tiempo, incentivar el acceso de estudiantes a esta profesión con buenas perspectivas de futuro.
Una conclusión interesante es la de crear mayores atractivos para los jóvenes en sectores como la robótica y las energías renovables, que, por otro lado, son bastante demandadas en la actualidad. Además, desde estas asociaciones creen que es vital trabajar en la imagen que tienen los jóvenes de la Formación Profesional frente a las titulaciones universitarias. Superar ese prejuicio negativo que se suele tener valorando estos trabajos como una profesión con baja cualificación será también clave.
Lo cierto es que el sector de las instalaciones abarca un sinfín de actividades energéticas en las que, además, es importante seguir reciclándose laboralmente y seguir aprendiendo. De ahí que muchos la consideren una profesión exigente. No obstante, parece que ni los mismos estudiantes son conscientes de ello. Tampoco de que es una profesión con unas buenas salidas profesionales que permitirá ejercer esta actividad de forma autónoma o para alguna empresa.
Sea como sea, la falta de nuevos profesionales instaladores en España es un reto social que puede tener un impacto económico, social y medioambiental importante. Es, por tanto, prioritario, informar y hacer de esta profesión una posibilidad atractiva para los jóvenes; y es que, como comentábamos al principio, se vienen años en los que los instaladores cualificados serán clave para la modernización de nuestro parque inmobiliario.
