Pocos dudan ya que estemos afrontando una crisis energética sin precedentes. Las consecuencias derivadas de esta situación afectan a todos los sectores, evidentemente también al de la construcción. Teniendo en cuenta, además, que el importe de las facturas energéticas ha crecido de una forma tan desbordante, no es de extrañar que sean muchos los que empiecen a interesarse por viviendas más eficientes. El propio Gobierno apuesta por reformas en el sector inmobiliario, de ahí las ayudas y subvenciones para la rehabilitación de las viviendas en cuestiones de eficiencia. Ahora bien ¿sabemos qué materiales de construcción son más eficientes energéticamente? Hoy hablamos de hasta tres materiales de construcción que facilitan el ahorro energético. Materiales que ayudan a construir viviendas que, a su vez, ayudan a reducir los costes de las facturas de suministros.
El bambú es, sin lugar a dudas, uno de los materiales que más pueden reducir la factura energética. Hay que tener en cuenta que el bambú, además, es la planta de más rápido crecimiento de la tierra. Algunas de las especies del bambú pueden crecer más de 1 metro al día, es decir unos 4 cm por hora.
En cuanto a las propiedades del material en sí, podemos decir que se trata de un material muy flexible, duradero y altamente resistente. Esto hace que sea muy empleado en la construcción de estructuras rígidas; y es que, además, el bambú ayuda a evitar el calor.
¿Es un material apropiado para todas las zonas geográficas? Lo cierto es que no. Cuenta con muchas ventajas a nivel construcción, sobre todo en las zonas más húmedas, pero dependiendo del clima puede encontrar algunas limitaciones. En España, por ejemplo, no resiste las tensiones de otros materiales empleados en la construcción como el ladrillo. No obstante, puede ser muy útil en estructuras exteriores.
La paja seca se ha usado tradicionalmente para construcción de techos exteriores y sombrillas, pero lo cierto es que también se emplea a modo de ladrillos. Sí, es posible encontrar construcciones en las que se han usado balas de paja en lugar de ladrillos, gracias a su carácter compacto.
Es un material, además, resistente al fuego, sobre todo si se cubre de materiales como la arcilla. Por otro lado, es un excelente aislante térmico y sonoro. Un material renovable que, además, no tiene coste ecológico más allá del transporte.
Con las balas de paja se pueden construir todo tipo de edificios. La única diferencia con otros muros es que estos serán un poco más gruesos. Si bien es cierto que normalmente se suelen usar en viviendas unifamiliares, encargadas por personas que están interesadas en materiales sostenibles, también hay ejemplos de edificios públicos, incluso en Francia se han construido bloques de apartamentos de hasta ocho plantas.
Finalmente encontramos la celulosa, una mezcla de papel reciclado y cemento. Su composición ya nos adelanta que es un material ideal para poder fabricar muros. Es cierto que no es tan resistente como el hormigón, pero es muy aislante. ¿Cómo podría usarse? Por ejemplo marcando lindes o realizando los muros de la distribución de la vivienda.
Muy interesante, por los materiales olvidados...