Queda inaugurado el verano y con él vienen las vacaciones, el olvidarse del despertador y de la rutina diaria… y dar la bienvenida a las temperaturas más altas que, en ocasiones, es lo peor que uno lleva de esta estación. Es entonces cuando surge la idea de mejorar el confort de casa con la instalación de aire acondicionado en la vivienda. Un momento para el que es bueno contar con algunos consejos eficientes y eficaces.
Nada de comprar el primer modelo que uno encuentre en el establecimiento o el que sea el más barato. El reciente cambio de las tarifas eléctricas, unido a las nuevas necesidades de las familias y sus cambios de hábito (por ejemplo, con la implantación del teletrabajo) hacen que la mejor opción sea elegir equipos eficientes.
De esta manera, se hará un mejor gasto tanto energético como económico, al tiempo que se redunda en un cuidado del entorno natural. Así pues, lo mejor es elegir aquellos modelos que cuenten con la certificación A+++ que ofrecen una reducción energética de hasta un 30% en comparación con otros convencionales.
Esto puede parecer al principio algo más complejo si nunca se ha contado con un equipo de aire acondicionado, pero nada más lejos si se cuenta con la ayuda del profesional. Sin embargo, es una pregunta muy común que se hace en este tipo de situaciones y se refiere al cálculo de las frigorías necesarias para dar ese frescor. Una cifra que depende de las dimensiones de la estancia, altura de la misma, orientación, horas de sol y horas de sombra, materiales, superficies acristaladas, etc. Para que resulte más sencillo, sería el cálculo de 100 frigorías por metro cuadrado.
Para lograr ese confort nada de excederse a la hora de poner la temperatura del aire acondicionado. Los expertos recomiendan siempre situar esos grados entre los 22ºC y 26ºC durante la época estival. Y es que bajar un solo grado ya haría que el consumo eléctrico aumentase un 8%.
En el mercado uno puede encontrar un amplio catálogo de equipos de aire acondicionado dirigidos al sector industrial, comercial o doméstico. Así, en el caso de una vivienda el equipo más común es el Split 1×1, con una unidad interior (evaporizador) y una exterior (condensador). Pero, a partir de ahí, las opciones son múltiples en función del espacio que se quiera climatizar: