El éxito de un buen servicio es contar con un buen equipo. El éxito de que ese equipo esté a la altura de un trabajo de calidad es, entre otros, mantenerlo motivado. No, no es recomendable tratar mal a nadie, ni mucho menos a tus trabajadores. Si quieres que la maquinaria funcione, debes invertir en ella y cuidarla. Todos sois imprescindibles y todos debéis tener motivación para trabajar. Te damos 5 claves para mantener a tu equipo completamente motivado.
Estar anímicamente bien es imprescindible para poder ejercer correctamente un trabajo. Debes fijarte y analizar el estrés y malestar de tus empleados, también el tuyo. La mejor manera de hacerlo es conversando. Pasa tiempo hablando con tu equipo. Puedes, incluso, organizar sesiones guiadas por un experto en desarrollo organizacional o un psicólogo. Detectar posibles problemas, roces entre compañeros o malestares frente a determinados aspectos laborales, es clave para solventarlos y hacer que todo el mundo esté más animado.
Son momentos de estrés. No sólo ahora, con la pandemia. En los picos de trabajo, el estrés es frecuente. Si detectas que alguno de tus empleados está angustiado no es suficiente decir que lo apoyas. Tienes que apoyarlo de verdad. Intenta dar un respiro a aquellos empleados que no estén pasando por un buen momento. Establece beneficios, como días u horarios libres. Está comprobado que cuanta más flexibilidad y bonificación en días libres tienen los empleados, más productivos son.
La mejor forma de anticiparse a un problema, es estar pendiente. Intenta monitorizar la relación entre tus empleados y el clima laboral en general. Hay muchos métodos, desde reuniones individuales más distendidas, charlas grupales o incluso encuestas para tus trabajadores. Intenta crear un clima de diálogo para que en cualquier momento puedan trasladarte sus inquietudes, miedos y angustias.
Piensa que vivimos una época diferente. La pandemia no ha dado a puesto del revés a todos. Es normal que en los últimos meses, por cuestiones de restricciones y confinamientos, nos encontremos con más fallos en las operaciones, más quejas de clientes e incluso pérdidas. Ante todo, pensemos en positivo. Esto es algo puntual. Si nos agobiamos y reaccionamos mal, sólo conseguimos un mal ambiente. Si quieres liderar bien, mantén la calma, sé paciente y habla con tu equipo para buscar soluciones. Los gritos jamás solucionan nada.
Sí, esta es la única verdad, siempre necesitamos una palmada en la espalda. No podemos quejarnos del mal trabajo y luego, cuando las cosas se hacen bien, no agradecer y felicitar al equipo. Es más, aunque por motivos obvios este último año no se han podido alcanzar muchos objetivos, no está de más que resaltes las cosas buenas que se han logrado. El secreto está en motivar, no desmotivar y presionar.
El reconocimiento público por menciones positivas, por clientes satisfechos o por proyectos aceptados, aunque te parezca poco, siempre es bueno. Saber que nuestro trabajo tiene sus frutos, por pocos que sean, hace que tengamos más ganas de seguir adelante.