Las contrataciones de personal son uno de los aspectos que más suele preocupar a los empresarios ¿Estoy contratando al empleado correcto? ¿Será capaz de cumplir las exigencias de mi empresa y el puesto ofertado? Un buen profesional de Recursos Humanos será capaz de realizar la selección ateniendo a criterios que beneficien a tu empresa. No obstante, no todos contamos con un departamento de RR.HH.
Si eres tú mismo el que tiene que realizar la selección de personal, fíjate en estos consejos para contratar el empleado correcto y no fallar.
Sí, está claro que las habilidades de un trabajador son esenciales para poder desarrollar un trabajo correctamente. No obstante, enseñar habilidades nuevas a alguien (siempre que veamos potencial) no tiene tanto trabajo como, por ejemplo, transmitir una actitud correcta. Así, una buena actitud, optimismo, ganas de aprender y formarse serán bastante más recomendables que un postulante con unas habilidades de 10 para realizar un trabajo concreto.
Si buscas a alguien con mucho potencial, pero con unos hábitos cuestionables, pensando que será capaz de adaptarse a la empresa y cambiar, estás equivocado. El postulante, la persona que ves, es exactamente la persona que vas a tener trabajando para ti. Si crees que está muy preparado, que cuenta con un CV envidiable, pero te da la sensación de que no es muy formal. No lo dudes, no es la persona que buscas.
En este punto, también es necesario dejar fuera los sentimientos. Contratar a alguien simplemente por ser amigo o amigo de un conocido, no es una buena manera de crear un equipo de trabajo competente.
Una buena manera de hacer la mejor selección de personal en una empresa es fijarnos en lo que ya tenemos en esa empresa. Tienes que mirar con cuidado tu plantilla. Tus puntos fuertes y las habilidades que crees que faltarían añadir al equipo. Anota siempre esas cualidades y básate en ellas para seleccionar con criterio a la persona correcta. Hay ocasiones que introducir dos perfiles similares en un equipo de trabajo puede ser contraproducente, pues hay personalidades que chocan mucho.
Las referencias son importantes, sí. Pero no lo son todo. No te quedes sólo con ellas. Ante la duda establece siempre un periodo de prueba. Un periodo que excluya a tu empresa de responsabilidad para con esa persona si al final no resulta ser lo que se piensa. Puedes incluir simulaciones diarias, con situaciones concretas, como parte extendida de la entrevista.
Los entrevistados pueden hablar mucho en ocasiones. Están nerviosos y quieren dar la mejor de sus versiones. Escúchelo con atención. Intente analizar cómo se comporta en diferentes ámbitos, como el laboral o incluso el familiar. Aprende a leer entre líneas para quedarte con las frases importantes, aquellas que determinarán la personalidad del postulante y arrojarán un poco de luz sobre sus habilidades, tanto profesionales como sociales.
Para terminar, algo que quizá no parezca importante, pero puede ser clave en una empresa. El candidato que no pueda reírse con facilidad, sobre todo de sí mismo, será aburrido. Quizá pueda llegar a ser intransigente. Un buen sentido del humor creará un ambiente de trabajo mucho más saludable. Una comunicación más abierta con el resto de los empleados y, por tanto, una pieza estratégica para hacer que todos estén de buen humor. Todos sabemos que trabajar contentos y con una gran sonrisa siempre es más productivo ¿verdad?