No hace mucho os hablábamos de hormigón sostenible y del avance que su uso suponía en el mundo de la construcción. Comentábamos, también, que aún eran pocos y tímidos los ejemplos que teníamos del uso de este material. Hoy os mostramos uno en concreto. Un ejemplo muy interesante en España. Se trata del pavimento arquitectónico para el bidegorri (carril bici) de la nueva urbanización del polígono industrial de Ibarzaharra en Sestao (Bizkaia) que contará con el hormigón preparado H-Eco de Hanson-HeidelbergCement.
Según la compañía, su hormigón H-Eco es el hormigón con menos huella de carbono y la mayor circularidad del mercado. Un hormigón sostenible que reduce considerablemente las emisiones de gases de efecto invernadero y mejora la valorización de los residuos producidos por otras actividades industriales relacionadas con el mundo de la construcción.
¿Cuál es el secreto de este hormigón? Se ha sustituido una gran parte de su árido natural por materiales que proceden de fuentes secundarias, concretamente de áridos siderúrgicos. Estos materiales se producen en el proceso de valorización de las escorias negras de acerías de horno eléctrico que se amontonan como residuos industriales en la provincia de Bizkaia.
Son muchas las ventajas de este material. Además de su evidente aporte a la sostenibilidad, hablamos de un hormigón que mejora a durabilidad de los pavimentos gracias a su resistencia ante la abrasión. Asimismo, permite construir elementos de alta densidad.
Hay que añadir que es un material totalmente reciclable. Tras su larga vida útil, se puede demoler y ser utilizado como árido en la elaboración de nuevos hormigones.
H-Eco es un hormigón que puede utilizarse para rellenos, pavimentos tipo rampas de garaje, aceras, calles etc, pero también dados o cubos para la defensa costera o elementos acorazados o contrapesos, entre muchos otros.
Todas estas características han hecho que sea el material escogido para construir el “camino rojo” o senda peatonal por la que transitarán preferiblemente bicicletas. H-Eco hace posible la alternativa al cemento blanco, que es el que se usa normalmente en este tipo de pavimentos para facilitar la pigmentación del hormigón.
Hay que destacar que este hormigón también se está utilizando en la construcción de infraestructuras como las que defienden el puerto de Bermeo, apostando así por este material con menos huella de carbono.
Sin duda, es una buena noticia que, además, obtendrá buenos resultados; y es que este hormigón también posee una resistencia especial a los sulfatos, que pueden estar presentes en el ambiente o en los suelos de forma habitual en las rías de Bilbao.