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Mujeres pioneras en la arquitectura española que debes conocer

8 marzo, 2024
caloy

Cuando reflexionamos sobre los estudios de arquitectura en España, es natural pensar que han alcanzado una equidad de género del 50% entre hombres y mujeres en el alumnado. Sin embargo, al considerar arquitectos reconocidos, solo suelen venir a la mente nombres masculinos como Eduardo Torroja, Josep Lluís Sert, José Antonio Coderch o Ricardo Bofill, entre otros. ¿Y qué hay de las mujeres?

Es precisamente por esta disparidad que, en este 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, es crucial reivindicar el papel de la mujer en la arquitectura  y por este motivo, desde habitissimo, queremos que conozcas (si es que no las conoces ya) a las tres mujeres pioneras en la arquitectura española

Consideramos que es muy importante, y necesario, presentar las biografías de estas mujeres para que la sociedad conozca las dificultades que enfrentaron, incluyendo el "efecto Matilda" introducido por la socióloga M. J. Gage a finales del siglo XIX, que evidencia la discriminación sufrida debido a su género, así como la negación y falta de reconocimiento de sus logros y contribuciones, llegando incluso a atribuir la autoría plena de sus trabajos a colegas varones en muchos casos.

Matilde Ucelay Maortúa

Mujeres pioneras en la arquitectura española que debes conocer

Matilde Ucelay Maortúa, nacida en Madrid en 1912, fue una figura pionera en la historia de la arquitectura española. Titulada por la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Madrid en 1936, se convirtió en la primera mujer arquitecta de España en un momento en que la profesión estaba predominantemente masculinizada.

Desde temprana edad, mostró una destacada inclinación hacia el estudio de la arquitectura, destacándose como una estudiante brillante. Comenzó sus estudios en la Escuela de Arquitectura en 1931, destacando por su dedicación y talento excepcional. Sin embargo, su carrera se vio afectada por las convulsiones políticas de la época, especialmente tras su participación en la Junta de Gobierno del Colegio de Arquitectos de Madrid en 1936. Esto la llevó a enfrentar diversas dificultades, incluyendo juicios en consejos de guerra y la depuración profesional por parte de la Dirección General de Arquitectura, bajo la acusación de "auxilio a la rebelión".

A pesar de las adversidades, Ucelay perseveró y continuó ejerciendo su pasión por la arquitectura. A lo largo de su carrera, desarrolló alrededor de 120 proyectos, destacándose por su enfoque en la arquitectura residencial de alta calidad, dirigida a una clientela de alto poder adquisitivo. Sus obras se caracterizaban por espacios luminosos y amplios, con énfasis en la integración de la naturaleza a través de hermosos jardines, con el objetivo de crear ambientes que propiciaran la felicidad de sus habitantes. Algunas de sus obras más destacadas incluyen la Casa Oswald en Puerta de Hierro en Madrid, la Casa Benítez de Lugo en las Palmas de Gran Canaria, y la Casa de Guillermo Bernstein, entre otras. Además, dejó su huella en el diseño de librerías, como Turner e Hispano-Argentina en Madrid.

A pesar de su destacada contribución a la arquitectura española, el reconocimiento formal llegó tarde en su vida. En 2004, fue galardonada con el Premio Nacional de Arquitectura, un merecido reconocimiento a su trayectoria, aunque lamentablemente, debido a su avanzada edad, no pudo recoger personalmente el premio.

Matilde Ucelay falleció cuatro años después en Madrid, dejando un legado perdurable en la arquitectura española y un ejemplo de determinación y talento para las generaciones futuras.

Rita Fernández Queimadelos 

Mujeres pioneras en la arquitectura española que debes conocer

Nacida el 12 de abril de 1911 en la aldea de La Torre, en el municipio de La Cañiza, Pontevedra, Rita demostró desde temprana edad una clara vocación por la arquitectura, a pesar de las preferencias de su padre por los estudios de piano. Con el apoyo especialmente significativo de sus abuelas, Rita logró perseguir su sueño y en octubre de 1930, se trasladó a Madrid para prepararse para el ingreso en la Escuela de Arquitectura.

Estuvo viviendo en la Residencia de Estudiantes dirigida por María de Maetzu, donde coincidió con destacadas figuras como Matilde Ucelay. Ingresó en la Escuela de Arquitectura de Madrid en el curso 1932-1933, culminando sus estudios y obteniendo su título en 1940, tras una interrupción causada por la Guerra Civil que prolongó su vida universitaria hasta 1940.

Al graduarse, comenzó a trabajar en la Dirección General de Regiones Devastadas bajo la dirección de Modesto López Otero, donde se desempeñó entre 1941 y 1946 en proyectos de reconstrucción, destacando su labor en la rehabilitación del Patronato de Protección de la Mujer en San Fernando de Henares y en la reconstrucción del Ayuntamiento de Fuenlabrada. También dejó su huella en proyectos de nueva planta en áreas devastadas por la guerra, como la Colonia Tercio y Terol y un conjunto de viviendas unifamiliares en hilera en Carabanchel.

Tras un paréntesis de ocho años dedicados a su familia, retomó su actividad profesional en 1955, iniciando una segunda etapa que incluyó la práctica privada y cargos como Arquitecto Escolar Provincial de la Región de Murcia y Arquitecto Municipal de Mula.

Se retiró en 1973 en Barcelona, donde dedicó su tiempo principalmente a proyectos personales. Falleció el 26 de septiembre de 2008 a la edad de 97 años, dejando un legado notable en la arquitectura española y un ejemplo inspirador para las generaciones futuras

María Cristina Gonzalo Pintor

Mujeres pioneras en la arquitectura española que debes conocer

María Cristina nació el 8 de junio de 1913 en Santander, aunque algunas referencias sugieren que su verdadera ciudad natal fue Madrid, ya que se trasladó a la capital poco después de su nacimiento. Inició sus estudios de Arquitectura en la Escuela Técnica Superior de Madrid en 1932, al mismo tiempo que se dedicaba a estudiar Ciencias Físicas y Matemáticas en la Universidad de Madrid, una carrera que la apasionaba y en la que se licenció antes del estallido de la Guerra Civil.

Después de la guerra, retomó sus estudios de Arquitectura y se graduó en agosto de 1940, siguiendo los pasos de Rita Fernández Queimadelos. Posteriormente, se unió al Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid, donde mantuvo su afiliación hasta 1984.

Aunque comenzó su carrera trabajando para la Dirección de Ciudades Devastadas en Madrid, pronto centró su actividad profesional en Cantabria. En 1946, fue designada arquitecto de control del Colegio Oficial de Arquitectos de Cantabria, y también desempeñó el cargo de arquitecto municipal en Los Corrales de Buelna, además de construir numerosas viviendas en la provincia de Cantabria. María Cristina creía firmemente que las mujeres estaban particularmente capacitadas para abordar los desafíos de la distribución del espacio y la complejidad del hogar.

Continuó su formación académica y obtuvo su doctorado en febrero de 1967. Dado que muy pocas mujeres completaron sus estudios de Arquitectura antes de 1960, y ninguna de ellas ha sido documentada previamente como doctora en Arquitectura, es muy probable que María Cristina sea la primera arquitecta española en obtener este título.

María Cristina, al igual que sus contemporáneas Matilde Ucelay y Rita Fernández, fue una mujer excepcionalmente inteligente y trabajadora. En sus campos de Arquitectura y Urbanismo, abogaba por soluciones meticulosamente pensadas, más allá de ser simplemente razonables o sentimentales. Demostraba una determinación inquebrantable y no se preocupaba por los juicios sociales. Como anécdota interesante, se sabe que conducía vehículos y practicaba esquí, actividades poco comunes para las mujeres de su época, desafiando las convenciones sociales de entonces. 

María Cristina falleció en noviembre de 2005 en Madrid, a la edad de 92 años, dejando un legado perdurable en la arquitectura española y siendo un ejemplo inspirador de determinación y valentía para las generaciones posteriores.

Tanto Matilde Ucelay, Rita Fernández Queimadelos como María Cristina Gonzálo Pintor representaron el embrión de una profesión en femenino, mostrando valentía y determinación al desafiar las normas de su época. Su legado abrió el camino para que numerosas mujeres ingresaran a las aulas de las Facultades de Arquitectura en toda España.

En el siglo XXI, el prestigio y reconocimiento de las mujeres arquitectas, tanto a nivel nacional como internacional, es innegable. Nombres como Carmen Pinós, María Langarita, Arantza Ozaeta o Margarita Calero destacan entre aquellas que han dejado una huella significativa en el campo de la arquitectura. Su trabajo y logros han contribuido enormemente a enriquecer y diversificar la profesión, inspirando a las generaciones futuras de mujeres arquitectas a seguir sus pasos y alcanzar nuevas metas.

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